Este post lo pongo para reflexionar sobre lo que estuvimos estando hablando el
pasado día en la clase de educación del movimiento sobre profesionales de la
rama de la docencia, los cuales son los encargados de ayudar a educar.
Para mí personalmente,
un buen docente es aquel que se preocupa tanto por el alumnado para que aprenda,
como por sus problemas personales, de esta manera podremos ayudar al alumno
para que este aumente de forma considerable su proceso de educación y sea lo
más efectivo posible. Para que la educación tenga calidad hay que ganar la
confianza del alumnado, pero siempre manteniendo la distancia entre profesor y alumno. Pienso que el valorar más o menos a un profesor no se basa solo en
aquello que aprendemos sino también por el “trato” que percibimos de ese profesor, por
tanto, hablamos de 2 niveles: nivel educativo “lo que nos enseña ese profesor”
y el nivel afectivo “trato”. Dependiendo del predominio de uno de estos niveles
valoraremos mejor o peor a ese profesor en concreto.
Para mí, el valorar un
buen profesor en principio predomina el conocimiento que he aprendido gracias a él, pero
dependiendo de la forma en que se ha comportando hacia mi persona lo valoraré
positiva o negativamente. En secundaria,
hay un trato bastante más cercano que en las universidades, por eso, tal y como
hemos visto en clase, la mayoría veían al mejor profesor que habían tenido en
esta etapa en la cual el aspecto afectivo es predominante.
Por otra parte, la
valoración peyorativa hacia un profesor viene determinada como hemos dicho
antes básicamente por el “trato”; También afecta la forma en que explica los
conceptos, ya que si no sabe explicar con claridad los conceptos por muy bien
que nos trate, tendrá una valoración negativa. La falta de implicación en las
tareas, el menosprecio hacia algún alumno, gritar… hacen que el alumno tenga
experiencias negativas hacia esa persona, ajeno a la calidad de la explicación
de sus contenidos, pues la profesión del docente implica acotar campos de
acción en función de la coyuntura educativa en la que nos encontremos, teniendo
en cuenta la calidad y claridad educativa de sus contenidos, por eso
debemos mostrar cierta implicación y preocupación hacia los estudiantes, para
que de esta manera puedan perfeccionar sus capacidades personales y
cognoscitivas.
Me parece un post muy interesante y con mucha miga, pues dices que para juzgar a un profesor positivamente debes tener en cuenta dos conceptos, el afectivo y el educativo, pero no crees que a veces esto depende de ciertas circustancias? Muchas veces valoramos a un profesor que es bueno antes de conocerlo por la "fama" que tiene, la dificultad de la asignatura que imparte o los conocimientos que posee. Es decir, ya se le tiene un respeto antes de tenerlo, cosa que no tendría un profesor nuevo y con una asignatura que no llame la atención de los alumnos.
ResponEliminaHola Paolo, cierto. La "fama" previa antes de conocer para juzgar a un profesor también influye y mucho a la hora de valorarlo, muy buena tu aportación para completar este post, gracias.
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